La Casa de la Cultura Ecuatoriana y la Academia Ecuatoriana de la Lengua presentaron, de manera virtual y a través de la plataforma Zoom, el libro “Hojas del árbol de la vida”, obra en prosa del poeta y ensayista Julio Pazos Barrera, miembro de nuestro querido Grupo América. La obra incluye relatos y textos evocativos de este conocido exponente de la literatura ecuatoriana contemporánea.

El libro fue presentado por el también poeta y ensayista Bruno Sáenz Andrade. Además, el evento contó con la intervención del Presidente nacional de la Casa de la Cultura, Camilo Restrepo, y de la directora de la Academia, Susana Cordero de Espinosa, también miembro de nuestro Grupo América.

Un extracto de la intervención de Bruno Sáenz

Julio Pazos…Para el estudiante, el amateur de la piedra, la talla y la historia de las truncadas auroras de nuestro país (aún no acaba de despertar), su figura es la del maestro universitario y la del escudriñador de volúmenes arquitectónicos que disfruta compartiendo sus descubrimientos. Para el aficionado a la cocina nacional, se muestra como el investigador de recetas y combinaciones culinarias, sobre todo de sabores ancestrales. Dobla su apetito ideal su calidad de reconocido anfitrión. El lector lo reconoce en una poesía que, ajena a la pura evidencia, a la simpleza de la reproducción verbal, quiere recoger, con nostalgia y sentido crítico, con amor al objeto y a la letra, la intimidad y las varias singularidades nacionales. El autor va refinándose, esencializándose desde ya una lejana Ciudad de las visiones, hasta las sugerencias pronunciadas con voz serena, semejante no sé si al misterio o a su revelación, propias de sus publicaciones tardías. La literatura le ha ofrecido algunos reconocimientos (cito el prestigioso Casa de las Américas y el Premio Nacional Eugenio Espejo), y su buena conciencia idiomática la dignidad de miembro de número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Y, más que mediada su séptima década de vida, no ha abandonado su obra ni perdido la curiosidad.

Y un extracto de la intervención de Susana Cordero de Espinosa

Platón  lo asumió así:  ‘los seres humanos somos iguales en lo general, pero diversos en lo particular’ … Lo comprobamos en todo cuanto en la cotidianidad del vivir nos une o nos separa. Julio conoce el arte de unirnos, gracias a su placer de contar y al nuestro, de leer y entender,  a nuestro modo, lo que sus textos dan.  Disfrutamos de Hojas del libro de la vida, como lo indica el verbo disfrutar, del mismo modo en que lo hacemos respecto de un fruto, que, según nuestra capacidad de asimilar,  nuestro gusto por temas y sueños,  se nos muestra maduro o  aún no. 

De este libro de sabores ancestrales, de paisajes, costumbres, engaños, simulaciones;  alegrías, fiestas, cocinas, recetas; de sueños de la gente de pequeños pueblos; de plantas, no de animales, salvo los humanos y entre estos, de mujeres, ‘señoras’, suele llamarlas Julio,  que luchan a favor de la vida,  demasiadas veces desde el desamor de uniones vividas a pesar de ellas mismas, entre dominio exigente y celoso y malquerencia; libro de ríos, cascadas, montañas, paisajes del que pueden  decirse tantas cosas.  En él hallamos los goces y las penas que constituyen la trama de la vida, gracias al arte poética de revivirlas, no habiéndolas olvidado. Historias, viandas y sabores nos regalan nuestra diario existir. Por esto te agradezco, Julio, porque  tus relatos nos mueven y conmueven. Escribes, por ejemplo,  “En este recinto la gente se amaba y moría”,  y me recuerdas lo que dijo  Calígula, el emperador enamorado, en la pieza de  Camus,   al conocer la muerte de Drusilla, su hermana y amante: “Los hombres mueren y no son felices”.  Así es, y en tus recintos alejados de palacios, riquezas y pensamientos atormentados,  en la sencillez de esa vida  elemental, tú registras para quienes te leemos,  que la gente se ama y muere…

A continuación, el video oficial de la presentación: